La adolescencia, qué duda cabe, es siempre una época muy complicada en el desarrollo del ser humano. Es la frontera entre ser un niño y ser un adulto, entre los juegos y las responsabilidades. Es el momento de abrirse al mundo y descubrir placeres y problemas que no hace tanto nos dejaban indiferentes. La persona sufre una crisis de identidad: busca su lugar en el mundo y no sabe desde qué punto de vista ha de hacerlo. El mayor peligro es dejarse llevar por quién no debe, que un ajeno moldee su personalidad o tomar decisiones que cambien su vida para siempre por un inoportuno momento de duda.
Las mayores novedades que viven los adolescentes de hoy en día, en esta sociedad del conocimiento, son las redes sociales, las posibilidades que ante ellos se abren. Pueden ayudarles porque les otorgan más conocimiento y pueden interactuar con personas de todo el mundo y desde la commodidad de su casa. Pero demasiada información también puede conducir a una mayor incertidumbre, a la elección de nuevos malos caminos. Por otra parte, Internet resta contacto personal hasta el punto de aislar a la persona y puede darse el paradójico caso de contar con muchas amistades virtuales pero no conocer su propio contexto (familia, lugares cercanos, su localidad, pérdida de contacto con amigos reales...) No podemos olvidar tampoco la presión de las personas adultas que rodean al adolescente, que le reprochan las oportunidades en forma de bienes materiales que ellos tienen y que sus mayores no pudieron aprovechar pero olvidan la añoranza de sentimientos, algo de lo que hablaremos al final de la entrada.
¿Cuáles son las incertidumbres que viven los sujetos adolescentes en la actual cultura?
En una coyuntura como la actual, dos son las incertidumbres que vive el adolescente:
- Proyección laboral: El adolescente sólo oye hablar de crisis, despidos, hipotecas...y tiembla ante la idea del día en que todo eso le llegue a él/ella. Pasa de vivir en su mundo de fantasía, en el que sólo ha de preocuparse de jugar, del hoy y aquí y empieza a pensar en su futuro, en su provenir y en el modelo de vida que quiere construir. Pero tiene que lidiar con las presiones del mundo laboral, lo que su familia, amigos, profesores esperan de su decisión y ha de convivir con esa inmensa presión. Hasta que tome partido no descansará pero no sabe que eso es sólo el inicio del mundo adulto.
- Relaciones: Vivimos en un mundo feroz, que no permite un minuto de respiro y en el que todo se puede comprar y vender. El tan manido "tanto tienes, tanto vales" cobra su mayor significado en nuestra sociedad actual y el adolescente desconfia de cualquiera que se acerca él. Si todos dudamos, él mucho más puesto que se le exige que tome decisiones, construya un ideal de vida...y todo eso sintiéndose solo. Sus padres se pasan el día trabajando para que él tenga comodidades y él puede sentirse agradecido por ello pero desearía contar con su presencia de un modo más continuo. Lo lógico es refugiarse en sus pares, en los de su edad pero como él, han crecido en un mundo cambiante y cruel, en el que los sentimientos cada vez tienen un papel más irrelevante. La sensación es de nostalgia, de falta de compromiso y empatía y los referentes no son firmes (amigos virtuales, personas que vienen y van y están de modo circunstancial...) Si no queremos que los adolescentes del hoy y el mañana paguen nuestros errores debemos comenzar a trabajar en la línea de dotarles de mñas apoyo emocional.
¿Cuáles son las pérdidas de las que adolece el adolescente actual?
Como decíamos al responder la anterior pregunta, la mayor pérdida se refiere a la falta de referentes firmes y por tanto, de los tan necesarios valores que necesita cualquier persona en su formación y desarrollo. Suponiendo que en una sociedad como la nuestra, la mayoría de adolescentes tienen sus necesidades materiales bien cubiertas, el mayor problema viene por las relaciones con los demás, con la desaparición de la transimisión de valores ya que nadie está ahí para paliar ese déficit. De la resolución de ese conflicto será de donde podamos extraer las conclusiones de cara al futuro: si somos capaces de educar a nuestros futuros adultos no sólo para que sean otra pieza más del ya de por sí exprimido y sobrecargado mercado laboral o también queremos personas en toda su extensión, con valores, sentimientos y que sean inteligentes académicamente pero también emocionalmente.
Las mayores novedades que viven los adolescentes de hoy en día, en esta sociedad del conocimiento, son las redes sociales, las posibilidades que ante ellos se abren. Pueden ayudarles porque les otorgan más conocimiento y pueden interactuar con personas de todo el mundo y desde la commodidad de su casa. Pero demasiada información también puede conducir a una mayor incertidumbre, a la elección de nuevos malos caminos. Por otra parte, Internet resta contacto personal hasta el punto de aislar a la persona y puede darse el paradójico caso de contar con muchas amistades virtuales pero no conocer su propio contexto (familia, lugares cercanos, su localidad, pérdida de contacto con amigos reales...) No podemos olvidar tampoco la presión de las personas adultas que rodean al adolescente, que le reprochan las oportunidades en forma de bienes materiales que ellos tienen y que sus mayores no pudieron aprovechar pero olvidan la añoranza de sentimientos, algo de lo que hablaremos al final de la entrada.
¿Cuáles son las incertidumbres que viven los sujetos adolescentes en la actual cultura?
En una coyuntura como la actual, dos son las incertidumbres que vive el adolescente:
- Proyección laboral: El adolescente sólo oye hablar de crisis, despidos, hipotecas...y tiembla ante la idea del día en que todo eso le llegue a él/ella. Pasa de vivir en su mundo de fantasía, en el que sólo ha de preocuparse de jugar, del hoy y aquí y empieza a pensar en su futuro, en su provenir y en el modelo de vida que quiere construir. Pero tiene que lidiar con las presiones del mundo laboral, lo que su familia, amigos, profesores esperan de su decisión y ha de convivir con esa inmensa presión. Hasta que tome partido no descansará pero no sabe que eso es sólo el inicio del mundo adulto.
- Relaciones: Vivimos en un mundo feroz, que no permite un minuto de respiro y en el que todo se puede comprar y vender. El tan manido "tanto tienes, tanto vales" cobra su mayor significado en nuestra sociedad actual y el adolescente desconfia de cualquiera que se acerca él. Si todos dudamos, él mucho más puesto que se le exige que tome decisiones, construya un ideal de vida...y todo eso sintiéndose solo. Sus padres se pasan el día trabajando para que él tenga comodidades y él puede sentirse agradecido por ello pero desearía contar con su presencia de un modo más continuo. Lo lógico es refugiarse en sus pares, en los de su edad pero como él, han crecido en un mundo cambiante y cruel, en el que los sentimientos cada vez tienen un papel más irrelevante. La sensación es de nostalgia, de falta de compromiso y empatía y los referentes no son firmes (amigos virtuales, personas que vienen y van y están de modo circunstancial...) Si no queremos que los adolescentes del hoy y el mañana paguen nuestros errores debemos comenzar a trabajar en la línea de dotarles de mñas apoyo emocional.
¿Cuáles son las pérdidas de las que adolece el adolescente actual?
Como decíamos al responder la anterior pregunta, la mayor pérdida se refiere a la falta de referentes firmes y por tanto, de los tan necesarios valores que necesita cualquier persona en su formación y desarrollo. Suponiendo que en una sociedad como la nuestra, la mayoría de adolescentes tienen sus necesidades materiales bien cubiertas, el mayor problema viene por las relaciones con los demás, con la desaparición de la transimisión de valores ya que nadie está ahí para paliar ese déficit. De la resolución de ese conflicto será de donde podamos extraer las conclusiones de cara al futuro: si somos capaces de educar a nuestros futuros adultos no sólo para que sean otra pieza más del ya de por sí exprimido y sobrecargado mercado laboral o también queremos personas en toda su extensión, con valores, sentimientos y que sean inteligentes académicamente pero también emocionalmente.
Ser adolescente hoy o en cualquier momento social de la historia no es tarea fácil, cada adolescente lucha con sus dificultades, problemas, avances, pensamientos sociales... del momento, o más bien debe adaptarse a esa situación que le ha tocado vivir, de ahí que podamos decir u observar las diferencias generacionales. No quería pasar por alto algunas de las ideas que aquí nos muestras, la primera el concepto de identidad "Es la frontera entre ser un niño y ser un adulto, entre los juegos y las responsabilidades", en los foros se ha hablado de este periodo como un momento de cambio no solo del individuo sino de lo que le dejen o le dejan hacer socialmente, aun eres un niño disfruta pero eres un adulto empieza a ser responsable. Otra de las ideas que me llama la atención es tu visión de cómo viven las relaciones sociales, bien es cierto que hay muchas nuevas tecnologías que han cambiado su forma de relacionar pero quizás podemos pensar en que ha aportado un nuevo método de conocer a gente de otros lugares, con gustos comunes, una manera de ayudar a formar su identidad y mostrarse a los demás y con los demás... pero sin obstaculizar las relacione personales. La perdida de un referente es una idea a la que todos habéis llegado de una manera u otra, y es cierto que por influencia de muchos agentes nuestros valores y "héroes" se han ido transformando y lo que anteriormente era nuestro "padre" ahora puede ser un deportista, cantante, actor... lo importante es ayudarles a pensar en que esos nuevos héroes, representan también ciertos valores que por ejemplo les hacen ser reconocidos y se lo han ganado con trabajo para llegar a eso. Un buen trabajo.
ResponderEliminarSaludos
SARA